¡DESPIERTA!
¡DESPIERTA!
—¿Alguien me puede bajar la luna? ¿Alguien me la puede
alcanzar? —decía el chaval.
Pero nadie sabía cómo explicarle que los sueños no siempre
se hacen realidad, que el corazón de algunos hombres es negro y que vivir,
muchas veces, duele.
© Guillermo Arquillos – 10/nov/22
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