El piloto


 





El piloto


Cuando el desconocido se marchó, el piloto se quedó impresionado. Su cabeza no paraba de dar vueltas. Aquel soldado le había dado una lección que jamás olvidaría.


El piloto estaba muy orgulloso: fue derribado, usó su paracaídas y salvó su vida esa mañana porque no se estrelló contra el suelo. La conservó también durante los seis años siguientes, en la cárcel. Una durísima prisión norvietnamita. Un lugar donde ya habían muerto muchos de sus compañeros.

Él había tenido suerte: tuvo calma y siempre tuvo bien claro que su objetivo era mantenerse con vida. 

Ahora iba de ciudad en ciudad, explicando a todos, en decenas de charlas, lo importante que es tener un objetivo, que con las ideas positivas y la determinación viva se pueden conseguir muchas cosas en la vida.


—Yo a usted lo conozco —le dijo aquel extraño.

—¿De veras? 

—Sí. Claro, ¡claro que lo conozco! Yo soy el soldado que preparó su paracaídas el día que su avión fue derribado.

El piloto se quedó de piedra. No podía dejar de mirar a aquel hombre como quien ve un paisaje imposible o un río en medio del desierto.

«De modo —pensó— que le debo la vida a este desconocido. Por él, por su trabajo bien hecho, se abrió el paracaídas y no me maté en el acto. El resto de los años que yo pude luchar se debió a la labor de este hombre al que yo nunca saludé, en el que nunca me fijé porque, claro, yo era el piloto y él… él era un simple soldado».


Y pensó: «¿Cuántas veces necesitamos la ayuda de personas que no conocemos? ¿Cuántos paracaídas nos tienen que preparar los demás para que podamos ser quiénes somos? Paracaídas físicos, pero también emocionales, mentales, o espirituales. ¿Cuántas veces nos resultan indispensables los demás? ¿Y cuántas veces se nos olvida dar las gracias a la gente que necesitamos porque nos creemos muy por encima de ellos?»


Aquel piloto, casi no pudo dormir esa noche y ahora comienza todas sus conferencias preguntando:

—¿Quién te ha preparado tu paracaídas hoy? ¿Te has acordado de darle las gracias?


(El relato está adaptado de un texto encontrado en internet cuyo autor no conozco).


© de la adaptación

Guillermo Arquillos

Año 2022. Abril, día 18



Comentarios

Entradas populares de este blog

Chispas

A, DE ASESINO

O, de odio